lunes, 17 de agosto de 2009

Reunión OMAEEC- CONFAEEC-2006

Hoy 29 de setiembre de 2006, en Buenos Aires, República Argentina, La Confederación de Exalumnos de Exalumnos de la Educación Católica se apresta gozosa, como en los días de los grandes acontecimientos, a recibir a los componentes del consejo ejecutivo de la Organización Mundial de Antiguos Alumnos y Antiguas Alumnas dela Enseñanza Católica. En nombre de la Confaeec quiero darles nuestra más sentida y fraternal bienvenida. Nuestra reunión será un despertar primaveral de inmensas energías espirituales y morales, un diálogo con los demás, una ventana hacia el mundo, no para conquistarlo, sino para servir.
Ser testigos de Jesús, vivir su doctrina y propagarla en la doble dimensión del tiempo y del espacio, fue la misión confiada a los Apóstoles y a la Iglesia, a los pastores y a los fieles.
Sucede con alguna frecuencia que aún católicos prácticos consideran que la actividad apostólica es facultativa, y a la que se dedican unas pocas personas que disponen de algún tiempo libre. Sin embargo el hecho de ser católico y apóstol es una y misma cosa. La corresponsabilidad de todos y de cada uno, se basa en nuestra inserción dentro del Pueblo de Dios y la acción apostólica se ejerce en dominio individual y en el colectivo, y que la vocación propia del laico no se limita tan solo a espiritualizar las realidades terrenas. Efectivamente, si el apostolado de las almas solo fuera del dominio exclusivo de los Obispos, sacerdotes, religiosos, negaríamos por el mismo hecho el sentido fundamental de la vida cristiana y la misión del Pueblo de Dios, esto es de la Iglesia. Consiguientemente, el laico debe influir en la espiritualización de las realidades temporales y en la dilatación visible del reino de Dios en la tierra.
La Confaeec, como la Omaaeec, como estructuras de la Iglesia, están llamadas a una reformulación de si mismas ante situaciones nuevas, vibrando con las necesidades y el espíritu de nuestro tiempo.
Queridos exalumnos católicos del mundo entero que habeis bebido en las más límpidas fuentes del conocimiento humano y de los hechos espirituales, quedan muchas cosas por construir, muchos valores que instaurar, muchas tareas y empresas urgentes que realizar para que el mundo sea como Dios lo quiera y como lo merece el hombre. Que la Virgen María y Nuestro Señor Jesucristo, nos sigan dando fuerza para seguir emprendiendo tareas altruistas, constructivas benéficas y unificadoras.

Eduardo J. S. Alú
Presidente
CONFAEEC

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